martes, 20 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

Salí a las seis de la tarde de casa, rápido.  Llegaba tarde.  Paula teminaba su clase de hip-hop de los viernes donde tan bien se lo pasa y donde descarga toda la tensión de la semana.  "Buenas tardes, ¿aún no han salido?  No, Sonia.  ¡Salen a las seis y media! Madre mía, es verdad, qué despiste..."  Así que decidí que esa media hora era un regalo y opté por pasear un rato, con lo que me gusta....

"¡Madre mía! ¡María Nieves! ¡Cuánto tiempo!" En este momento de error, de no cálculo, de equivocación, el paseo se convirtió en acierto.  María Nieves era la jefa de mi Departamento cuando yo aterricé en el Juanelo hace ya siete años (creo).  Una profesora discreta en el claustro, que se negó a asumir la reducción horaria que podría haber utilizado por su edad.  Que compraba para el Departamento revistas como Ínsula y publicaciones de gran calidad literaria.  Especialista en Valle-Inclán y en el 27 y lectora voraz en una vida en la que sus libros alejaban la palabra soledad.  Y se jubiló tan discretamente como había pasado por el Centro.  Y se fue.

Y en esta tarde donde no estaba concertado el encuentro, la casualidad y esta media hora no prevista me trajeron un momento realmente maravilloso, un regalo.  Veréis.

Sin preámbulos vacíos, después de saludarme, María Nieves me dijo: "Pues mira, Sonia.  He salido de casa con esto en el bolso, por si me encontraba con alguien a quien pudiera dárselo.  Hoy he sacado a dar un paseo a Luis Cernuda y hoy mi regalo para ti es esto".  Y, efectivamente, sacó del bolso un sobre precioso en tono ocre que abrí... ¿Cernuda?  Madre mía, ha sacado a pasear a Luis Cernuda y me lo regala.  ¿No es asombroso?  Y lo que encontré dentro rezaba así:

La adoración de los Magos.

Melchor

Ha de encarnarse la verdad divina
Donde oriente esa luz.

..................................................

Pálida está la noche.  Y esa estrella
Más pura que los rayos matinales,
Al dar su luz palpita como sangre
Manando alegremente de la herida.
¡Pronto, Eleazar, aquí!

Hombres que duermen
Y de un sueño de siglos Dios despierta.
Que enciendan las hogueras en los montes,
Llevando el fuego rápido la nueva
A las lindes de reinos tributarios.
Al alba he de partir.  Y que la muerte
No me ciegue, mi Dios, sin contemplarte.

Luis CERNUDA.

Lo leí en silencio.  En medio de la calle.  El frío y la gente se desvanecieron.  Abracé a María Nieves y le di las gracias.  Y lloré delante de ella como una niña muy pequeña.  Muy pequeña.  Y sentí que había llegado la Navidad.  

Porque la Navidad es para mí este tiempo de encuentros, de regreso, de hogar, de fuego, de lumbre, de hermanos y sobrinos, de amigos que te esperan para abrazarte, de amigos a los que tienes que ver antes de que acabe el año para agradecerles que siempre estén ahí, de amigos de los que te despides hasta la semana que viene y que te esperan porque regresarás a casa, de mi padre feliz en la mesa llena, de mis hijas disfrutando de una lejana familia.  De esta compañera que sacó a pasear a CERNUDA y me lo regaló y yo me desvanecí con el frío.  En una lágrima.  En un gracias.  En un momento muy especial.

A todos los que me leéis y a todos los que me queréis, ¡¡FELIZ NAVIDAD!!.



jueves, 1 de diciembre de 2011

Momentos mágicos

¿Habéis oído alguna vez hablar de un “momento mágico”?  Os voy a contar uno de los míos.  Es cuando entras en el aula y se cierra la puerta y comienza la clase…  Hola, buenos días, Buenos días, profe, venga sentaos y sacad la tarea, yo no la tengo, a mí se me ha olvidado el cuaderno profe, pero la tenía hecha seguro, yo sí la tengo, y yo, y yo…  Bueno, hablad de uno en uno, por favor.   Lidia dice: profe ¿puedo corregir yo?, sí claro, pero espera, ¿dónde está Marta?  Está enferma, ayer tampoco vino, es que no tuvimos lengua y no lo viste…  Vale.  Venga Lidia, comienza….  Manuel, por favor, siéntate bien, es que pareces un niño chiquitito, tan inquieto, hasta mi hija de diez años se porta mejor… Ya profe, será que tu hija es muy madura para su edad, jajajajajaj, (la profe también se ríe)….  Antes de corregir, Lidia, vamos a recordar ese poema de Garcilaso, anda hazlo como si no estuvieses leyendo la lista de la compra. Vale profe, lo intentaré, En tanto que de rosa y azucena…. (Momento mágico).
Buenos días! (otra clase, otra hora).  Buenos días profe, traes mala cara.  Ya, hoy estoy un poco triste, la verdad.  ¿Es por nosotros?  No, claro.  No pasa nada, seguro que se me alegra el día, habréis visto que hoy me he puesto vestido, hoy vamos a leer a don Antonio Machado… Se rumorea que en sus clases de francés jamás suspendió a uno de sus alumnos.  Jo, profe, podías hacer tú lo mismo.  Ya, me encantaría, la verdad.  Lo que pasa es que no sé si podrías asumir aprender sin el concepto de aprobar.  ¿Estudiaríais si no hubiese exámenes? Sed francos.  Ni de coña.  Me lo temía….  Aun así, vamos a leer, para comenzar la clase y amortizar mi vestido nuevo un poema que….  (Momento mágico).
Buenos días! (otra clase, otra hora).  Buenos días profe, ¿has corregido ya los exámenes?. No, todavía no, lo siento, ya sabéis que soy muy lenta... Profe le he contado a mi padre que a veces dices "complemento sircunstansial" (jajajajaja). Sí, Steven, ya os dije que de los que hablábamos español muy poquitos no seseábamos, mira en esta clase, la mitad lo hacéis... También digo "circunstancial" no? Sí, claro...  Me parece bien que hayas hablado de eso porque justo hoy quería deciros que Nicanor Parra, un poeta chileno, ha ganado el premio más importante de literatura en lengua española, el Premio Cervantes. ¿Y ese quién es? pregunta José Carlos, ¿está vivo? dice Lara... Sí, está vivo, mucha gente no lo va a conocer, yo de hecho no conocía nada de lo que había escrito así que ayer estuve moneando por Internet y he encontrado unos poemas que he traído para leer... Entonces profe, ¿hoy no vamos a dar clase? :)...Escuchad: "A los amantes de las bellas letras...." (Momento mágico)
¿De verdad alguien cree que puede recortar los momentos mágicos?
Seguiremos defendiendo nuestros derechos, pero hoy sólo hablamos de magia.


lunes, 21 de noviembre de 2011

JOSÉ-CARLOS MAINER.

No lo hago porque haya sido mi profesor, o más exactamente, porque sea mi profesor. Mi homenaje en algo que van a ser unas cortas líneas a este estudioso riguroso, exhausitivo, de léxico inquietante por rico y justo, a este profesor que ama su trabajo y que se compromete con su tarea, con la literatura, que te deja anonadado si tienes la suerte y el privilegio de ser (como fue mi caso) alumno suyo, experiencia tan grande donde la historia, la pintura, la literatura, el arte, la cultura, la vasta cultura, confluyen para saber, ciertamente, que cuando suene el timbre y acabe la clase comienza lo verdaderamente excitante: el deseo de saber más, de conocer, de aprender, de seguir.

Al terminar el libro titulado PARA MAINER de sus amigos y compañeros de viaje, publicado en Granada en 2011 por La Veleta he encontrado una frase de uno de sus alumnos aventajados que publicó bajo su dirección su tesis doctoral y que me ha emocionado de tal modo que os la dejo porque ya pertenece a ese tipo de citas que podemos hacer nuestras. Juan Marqués, que deja de manifiesto su admiración no disimulada y su gratitud expresa nos confiesa del modo más conmovedor que "quiere ser estudiante mientras viva, para poder ser siempre alumno suyo".

Había augurado que mis frases iban a ser pocas.  Me invade la emoción de estas palabras y el fino sabor del libro recién terminado.  Y es que ahora, más que nunca, necesito estar a solas y un rato con Mainer.  Tengo que pensar qué llevaba en esa carpeta de cuero que jamás abrió en clase ni de donde nunca sacó un triste apunte.  Esas clases donde de vez en cuando nos recordaba que "quien sólo sabe literatura, ni literatura sabe..."








jueves, 3 de noviembre de 2011

Llueve.  Día de huelga de profesores en defensa de la enseñanza pública.  Y en otros aspectos menos importantes inauguración oficial de este blog para el curso 2011-2012.  Ya era hora. 
Que llueva y que sea una jornada de huelga son cosas inevitables y necesarias.  Que yo escriba estas líneas, son cosas absolutamente prescindibles y mucho mejor haría, mientras espero a agarrar el coche e irme hasta el Polígono donde he quedado con mis compañeros para tomar un café antes de la concentración, sentarme a leer las páginas de la última novela que me tienen enredada, Negra espalda del tiempo, Javier Marías.

Será el aroma de este café recién hecho.  Será que tengo un compromiso conmigo misma.  Será que la lluvia trágica para mi pelo me envuelve en un rumor de teclas.  No sé.  Pero aquí estoy.  Y, en cualquier caso, ya era hora.

Como sabéis celebramos la primera reunión del Club de Lectura Juanelo el pasado miércoles y nos estrenamos con La muchacha de las bragas de oro de Juan Marsé.  Lo mejor del club fue, sin lugar a dudas, volver a vernos en la biblioteca, saludarnos y sonreirnos con mirada fresca porque la novela no gustó.  Tan solo Rosa comentó que al releerla después de unos años no le pareció una lectura tan aburrida como en su primera vez y como en la primera vez para el resto de nosotros.
Porque ese fue el problema, creo.  Que nos aburrió.

La historia que pretende contar el autor es muy interesante ya que habla del proceso creativo de una autobigrafía y si estamos en el terreno de la literatura, la imaginación y lo inventado no pueden estar al margen.  El protagonista escribe y reescribe constantemente su vida para, inevitablemente, cambiarla, construirse otra que le agradara más, no sé muy bien si llevado por el arrepentimiento o por la vergüenza.  Me interesa mucho también de esta novela el hecho de que todo lo importante que le ocurre parece que le sucede de casualidad, por error, sin querer.  Es sorprendente la escena del piano (Julián te echamos de menos en las páginas donde sonaba la música!!!) porque Forest hace el amor con la hermana de la mujer a la que ama, confundido y por engaño.  Como después con el capítulo de la puta.   Como después con la muchacha de las bragas de oro de la que apenas voy a hablar para quien coja ahora la novela... 
Todo lo demás es letargo, dejarse llevar, arrastrarse por una vida que no decide y que le amarga y que le anula y que le lleva a un momento de madurez gris, de ahogo, de pobreza moral. Pero ni siquiera esto, tan interesante, asoma a nuestra piel, donde finalmente, se sienten las cosas.

Me interesa este tipo sin esperanzas pero el autor no consigue mover en mí ningún sentimiento y eso me aburre, claro.  La relación con la muchacha es aún menos convincente, me sobra y no la entiendo. 

Se comentaron también en el Club las líneas de sexo, drogas y lenguaje soez, ya que no erótico, (o al menos a nadie nos llegó así) y del mismo modo no nos aportaron nada para hacernos llegar una novela que pasó lejos de nuestros sentimientos, esos que nos llevan a hablar de aspectos personales que nos refresca o nos confiesa o nos recuerda una novela que hacemos nuestra.  En fin.  A otra cosa, mariposa.

El próximo Club de Lectura está dedicado a un clásico en nuestras reuniones: don Miguel Delibes, esta vez con Las ratas.  Es una novela muy cortita que se lee casi de tirón y a los padres les interesaba porque en algún momento la leerán sus hijos (o deberían leerla).  Sé que nos gustará y sé que hablaremos de ella, para ella y por ella.  Y que inaugurará, está vez de verdad, nuestro corazón lector.

Para finalizar quiero deciros que se comentó la posibilidad de leer (o releer) Los enamoramientos, la última novela de Javier Marías, ya que Las ratas se lee muy rápido y podíamos llevar ambas novelas para la siguiente logia.  A mí me parece estupendo, claro.  Estamos hablando de mi autor favorito, de mi escritor preferido, del escritor al que más tiempo he dedicado en los últimos años de mi vida a leer y releer junto con Antonio Muñoz Molina, ambos tan importantes, ambos tan diferentes.  El tema de Los enamoramientos da para siete sesiones del Club pero yo creo que podremos solucionarlo en la segunda parte tras Las ratas y en la caña de después, tan necesaria.

No quiero terminar sin un apunte de homenaje.  El próximo sábado, 5 de noviembre, moría en México D.F. en 1963 don Luis Cernuda.  No es una contradicción hablar de "próximo" y citar un verbo en pasado.  Cernuda muere cada 5 de noviembre para recordarnos la lucha constante entre la realidad y el deseo y hoy más que nunca en estos días inciertos en los que deseamos una realidad distinta en términos prosaicos y realistas de trabajo para todos, de educación pública de calidad, de menos trabas para la cultura, de igualdad y respeto para el pueblo, de terribles desahucios que nos entristecen y que nos recuerdan lo peor de nosotros mismos. 
Y también, si me lo permitís, el deseo de una realidad donde nos dirija el amor y el cuidado, el cuidado de los demás, el valor de los cuidados que tan bien recuerdan mis alumnos, el valor de querernos tanto. Y además nos lo tenemos que decir.

Las certezas en la vida son imposibles.  Yo solo tengo una.  Existo porque tú me imaginas.  Existo porque me quieres y me cuidas.  Porque me mandas besos.  Porque no me olvidas.  Porque mientras nos pensemos y nos amemos y cuidemos los unos de los otros no habitaremos en la negra espalda del tiempo.  Porque vivimos mientras estamos en el corazón de los demás. 
En este momento tan especial, unos versos que me conmueven siempre.  Y un beso a don Luis.  Y mil besos a vosotros que me cuidáis y que me queréis.  Gracias.

Si el hombre pudiera decir lo que ama...

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero,  porque no he vivido.

Luis Cernuda.

martes, 27 de septiembre de 2011

Sé que es un blog de literatura, pero....

En estos días inciertos, los profesores de Educación Secundaria andamos un poco desconcertados.  Una mañana de septiembre, camino del trabajo, en la radio oímos una serie de medidas y recortes laborales que no parecían serios y que, al menos yo, asumí con despreocupación.  No porque yo sea una despreocupada, sino porque algo en mi interior decía que no era posible.

Así que pensaba: "No puede ser posible que toquen la escuela pública.  Llevamos muchos años recibiendo a todo el alumnado que no se atiende en el resto de colegios concertados (gestionados con fondos públicos, por otro lado) y privados y no nos pueden quitar profesorado ya que dejaríamos de atender a una parte muy importante de "nuestros chicos".  No. No será posible".  Pero para mi estupefacción sí fue posible.  No sólo eso sino que la conversación viró y de pronto comprobé que desviando la atención de lo realmente importante, es decir, mis alumnos, a mi alrededor preocupaba que sólo trabajaba dieciocho horas a la semana.  Aún así seguí pensando: "No puede ser que se crean esa falacia, los padres saben que en mi casa preparo las clases, que los exámenes no se corrigen por la noche mientras sueño con una educación pública de calidad, que las extraescolares suponen días enteros fuera de mi casa y lejos de mi familia, que las compras para la biblioteca necesitan muchas visitas a librerías..." En fin.  No me preocupé.  Dudé, de hecho de que alguien creyese esa afirmación.

Después de cuatro semanas ya no tengo despreocupación.  De hecho estoy preocupadísima porque han tocado algo en lo que creo y por lo que muchos compañeros y yo invertimos una gran cantidad no sólo de tiempo sino de ilusión.  La escuela pública.  Porque para mí ese es el problema.  Me siento herida como profesora de la escuela pública y como madre de dos hijas que van a una escuela pública.  Esa donde cabemos todos, esa que es un microcosmos de la sociedad actual, con programas de interculturalidad, con apoyo a los que muestran necesidades especiales, con español para extranjeros, con un programa de bilingüismo, con excursiones a Europa, con unos grupos de Bachillerato que nos despiden con palabras amables y que nos regalan su esfuerzo y nos hacen sentir especiales cuando nos dicen desde arriba lo bien que han quedado en las Pruebas de Acceso a la Universidad.  Una escuela donde comemos en un recreo la comida típica de todos los países que hoy integran nuestra comunidad educativa.  Una escuela en la que creo y a la que llevo a mis hijas. Una escuela que posibilita que yo me siente a escribir esta carta porque creo en mis alumnos y lucho por ellos.

Por eso estoy herida.  Porque no puede ser que sea lo primero que se haya tocado para "resolver la crisis".  Yo no pongo en duda que estemos en una situación muy delicada económicamente pero alguien tendrá que explicarme por qué primero se ha comenzado por nuestros hijos, por mis hijos, por mis alumnos.  No lo entiendo y quiero que me lo expliquen.  Por qué no se ha empezado con otras cosas que no atañen al futuro de este país, por qué se sigue viendo la educación como gasto y no como inversión, por qué la escuela pública, por qué los niños y jóvenes los primeros.
Los que ahora recortan dudo mucho que hayan bajado sus sueldos.  Dudo que sus hijos vengan a mi Centro.  Dudo que no haya otros recortes antes que tocar a nuestros muchachos.  A nuestro futuro.  En la escuela que es de todos. Señores, por favor, prediquen con el ejemplo.

Cuando un barco tiene problemas, el primero en abandonar es el capitán.  Jamás los niños han saltado los primeros. Los niños nunca han sido los primeros en abandonar el barco.  De hecho, preferiría mil veces, si es que nos ahogamos, abandonar todos juntos la nave antes que empujar a nuestros hijos, a mis alumnos, a la deriva.

Sólo una cosa más: gracias a mis alumnos.  De verdad.  A todos.  Gracias.  Porque ser vuestra profesora ha sido tan importante que soy una persona distinta, no sé si mejor, eso no lo puedo juzgar yo.  Pero sí más comprensiva, más generosa, más amable, más sonriente, más inquieta, más completa.  Eso no me lo pueden recortar. Seguiremos aprendiendo porque mañana siempre es un gran día.
P.D. No me olvido de mis compañeros interinos.

domingo, 19 de junio de 2011

LOS MISERABLES

Jueves 16 de junio.  Veinte personas en un autobús desde la puerta del Juanelo nos dispusimos a viajar a Madrid para ver Los Miserables, una adaptación musical de la gran novela de Víctor Hugo. Todavía no sabíamos.  No teníamos ni idea.  La experiencia que íbamos a vivir era todavía una intuición.

Estábamos contentos.  Llegamos con tiempo y pudimos tomar una cañita (o dos) en una terracita de Gran Vía justo enfrente del teatro, donde sus carteles nos anunciaban ya que estábamos a unos pocos minutos de disfrutar de un espectáculo que llevábamos semanas esperando. 

Y nos sentamos en nuestras butacas.

Y la música comenzó. 

Y unos presos remaban cantanto la injusticia. 

Y ahí comenzó una historia que te atrapa y te envuelve durante los ciento cincuenta minutos que dura, sin apenas pestañear, cada vez más intensa y emocionante, cada secuencia más potente y cada telón más asombroso. 

De todo lo que acontece en el libro o en el musical yo me quedo con la relación entre Jean Valjean y Javert.  Ya sabéis que nunca cuento nada de los libros, nada del argumento, sería una herejía, pero no creo que peque mortalmente si al menos os hablo vicariamente de cómo me seduce siempre, no tanto el cambio de Jean Valjean, romántico y novelesco, sino el odio y la inquina y el saber que no puede perdonar de Javert a pesar de que, o quizás porque Valjean le salva en un momento la vida. 
Qué tormento no poder perdonar.  Qué vida miserable, más miserable que aquellos que no tienen pan  o que engañan o que se prostituyen o que roban o que sobreviven.  Es tan miserable su no perdón, que le abocará a un único final. ¡Pobre Javert! ¡Qué vida desperdiciada!

Yo no sé distinguir una tuba de una viola, un trombón de un bombardino.  No sé qué es un tenor o un falsete.  Pero cada uno se envuelve de una u otra manera.
Os diré que la emoción que produjo esta obra en mí fue enorme.  Tenía el pecho encogido, el corazón emocionado, las lágrimas en la garganta y después en los ojos y después en la cara.  Creo que nunca he vivido una experiencia de este tipo en un espectáculo en directo. 

Por eso te recomiendo que si puedes vayas a verla.  Hasta el 24 de julio en Madrid. 
Ve con alguien a quien puedas coger de la mano. Una mano diluye la miseria.

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lunes, 23 de mayo de 2011

Quiero saber dónde estás.

Qué raro cuando te recuerdan desde fuera y de casualidad la condición del ser humano.  Y es que en este tiempo ha venido a mí con un envoltorio de regalo, la reflexión sabida de que cuando somos inmundicia lo somos de veras.

He tenido tres experiencias en mis ojos y en mis manos sitúadas cronológicamente desde los tiempos de la Inquisición en el siglo XVI, las torturas en la Argentina de Pinochet y la ocupación soviética de Estados como Eslovenia.  Y todo en menos de un mes y de manera abrumadora y envolvente, sin poder salir de ellos.

Todo comenzó con la lectura de El hereje, de don Miguel Delibes.  Una lectura deliciosa que comentaremos pasado mañana en el Club de Lectura Juanelo Turriano.  La vida de Cipriano Salcedo me sedujo desde la primera página y disfrute muchísimo con la lectura pero me llevo también a recordar a Lutero y a la Iglesia y a la Contrarreforma y por supuesto a la Inquisición.  Hombres contra hombres, Hombres que se creen que pueden escribirse en mayúscula puesto que la minúscula puede ser vapuleada, torturada, deshonrada, humillada e incluso quemada viva por, nada más y nada menos, que el pensamiento diferente.  La vida de un tipo que desde que nace vive en los límites del amor y ahí perdura, en el límite de todo lo que le va aconteciendo.  Y que deseas estar tan cerca de él que tus manos no pueden dejar la novela.  Muchos la habréis leído, qué más puedo decir.... Cuando yo creía en Dios nunca lo hice desde el temor ni el castigo.  Ahora prefiero creer en el amor y en los niños y en los abrazos y en el perdón.

En un viernes solitario puse la tele para darle descanso a Cipriano y disfrutar con la vida de otra persona muy peculiar, Pepín Bello, en un programa que me encanta en la noche de los viernes en La 2, Imprescindibles.  Esto fue un regalo.  La vida de este escritor sin obra y la de sus contemporáneos y la época que les tocó vivir siempre me ha seducido mucho y lo vi con pasión y una sonrisa. Y un vino blanco muuuuuy frío.
Pero terminó y comenzaba rápidamente un programa sobre la tortura en Argentina....  No quería verlo, era por la noche y quería acostarme tranquila pero el diseño del programa era muy tentador.  Héctor Alterio entrevistaba a un torturador de la época de Pinochet y la historia te iba atrapando sin remedio.  Mierda.  Sabía que luego lo pasaría fatal.  Pero no le di al off.  Era una entrevista y unos días que ocurrieron en realidad, aunque en el programa el torturador era un actor todo había sido como se contaba.  Y los testimonios eran francamente desgarradores.
He leído las novelas de Isabel Allende (sí, me encanta, lo siento por los puristas) y he leído de estas torturas y desapariciones.  Y la reflexión aquí no la voy a hacer yo.  Desolador.

Y cuando terminé El hereje me puse rápidamente con una novela que me había regalado Asun, mi "amiga invisible" del instituto en el Día del Libro que celebramos con este "juego".  La novela Purga.  La autora Sofi Oksanen.  Madre mía.
En dos ocasiones me venció esta novela.  En dos ocasiones la cerré y la llevé al armario donde me voy preparando las cositas que no se me pueden olvidar para cada viaje que realizo a Zaragoza y a Calanda.  Ropa para que me la cosa mi madre, alguna cremita o colonia de regalo para ella, juguetes de las niñas que ya no utilizan para tenerlos allí o para darlos a familias que conocen mis padres, mazapanes, vino castellano-manchego para mi padre, libros que voy leyendo y que sé que le pueden gustar a Cristina.  Se los doy y ella me devuelve los del mes anterior.  Es genial.  Pues bien.  Yo sabía desde la primera línea que a mi amiga Cris le iba a encantar este libro, porque es una tía muy fuerte y porque la historia nos va a hacer compartir unas cuantas cervezas.  Pero yo jugaba solo con la historia porque creo que fuerte, fuerte, no soy.
Pero algo tenían estas páginas porque no habían pasado ni dos horas que ya iba al armario a por ella.  Y sí.  La terminé, porque no podía hacer otra cosa.

Es una historia durísima sobre dos mujeres, una anciana y otra joven que por distintos motivos fueron torturadas y vejadas y humilladas y violadas y engañadas y convertidas en poco menos que insectos, lo peor, para ellas mismas.  Invasión sovíetica a partir de los años cuarenta en las Repúblicas del Norte de Europa.  Trata de blancas del Este en la actualidad.  Terrible.
Y todo contado con dureza y sin prejuicio.  Muy bien contado.  Soñado a veces.  Disuelto en metáfora.  Real y profundo.  Una maravilla de libro que todo el mundo debería leer.  Para saber y no olvidar.
Lo terrible es que ahora sé a diario cuántas chicas estarán secuestradas y maltratadas y convertidas en mercancía en cualquier cuchitril del mundo.  Bueno, lo terrible no.  Porque hay que saber.  Y después hacer.
Siempre se puede hacer algo.  Incluso con las ancianas que ahora viven en otro momento histórico.  Quizás sólo quieren que las escuchen.  Las que lo quieran contar.

Este bucle de lectura necesita un descanso.  Compré hace poco El hacedor (de Borges), Remake, de Agustín Fernández Mallo.  De momento me remito a la contraportada.  Escritura lúdica y rigor poético, humor y altas dosis de sabiduría narrativa.  Un placer.  Una lectura poética.  Una maravilla.

Porque no sólo somos inmundicia.  Pero no hay que olvidar.  Para no cometer los mismos errores.  Y no hay que dejar pasar la humillación ni la vejación ni hacer la vista gorda ni pensar que eso les pasa a otros. 
Todo lo humano nos pertenece. 

Deja que hoy termine esta entrada con un abrazo y con una sonrisa para ti que me lees. Tenemos que querernos mucho y preocuparnos los unos por los otros.  Y hacer el círculo muy grande.  Cada vez más grande.  Así siempre sabremos dónde está el otro. 
Y si nos necesita, podremos ayudarle.
Y si no, sabremos dónde está.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Los enamoramientos

En este tiempo de silencio han pasado grandes cosas. A saber:

Mi amigo Junifrén se ha hecho vocalista de un grupo de rock; mi amiga Cristina ha abandonado sus catorce años de eterna Sabina y se ha ido directita al Infierno sin pasar por la casilla del castigo; mi amiga Marga ha terminado su curso de bachillerato con una pregunta de examen sobre la II República; el Barça es finalista de la Champions; María Jesús me ha escrito por fin para invitarme a comer y charlar; mis alumnos han conocido y leído a Blas de Otero y Gil de Biedma; Paula ya tiene su diente completo y perfecto; se ha despedido de nosotros Ernesto Sábato, para algunos siempre es demasiado pronto; han desaparecido los poemas de colores de las paredes de los dos institutos; ha muerto Bin Laden?, mi hermano José Manuel se ha comprado una casa con su novia habanera;  mi amiga Elena ha clausurado su armario de invierno;  a mi Pater Amabilísimo le gustó mucho mi entrada de Todo es silencio; a mí me encantó el comentario de Alonso; Yolanda ha publicado un microrrelato en un concurso de la FNAC; mi amiga Estrella ha vuelto a creer en la primavera; Violeta come fruta; mi amigo Carlos es negado por el sol del café cada mañana; y Amparo tuvo que ceder todos sus bienes a su santo esposo en una eterna partida de Monopoly.

Y mientras tanto yo enfrascada en Los enamoramientos.  A veces la vida es eso que pasa mientras yo leo.  Porque cuando una lectura me atrapa de esta manera no hace falta que esté en el ejercicio de la lectura sino que en los otros momentos sigo en ella como sigo atrapada durante muchas horas de la mañana en un sueño hermoso de una noche amable.  Y estoy pero no soy.

Os diré que compré esta novela para la biblioteca y por la tarde se la regalé a mi amigo Julián, ya que era su cumpleaños.  Así que como literalmente había regalado un libro robado, tuve que comprar otro que es el que ahora tiene Mati.  Qué envidia me das Mati, todavía por leer....  Sé que te encanta Javier Marías, eres una de las pocas elegidas que termino la novela Tu rostro mañana, sus tres partes enormes, en todos los sentidos.

Y también os diré que no voy a contar nada de la novela.  Absolutamente nada.  Estoy aquí sólo para recomendarla.  Para que se lea.  Para que sea leída.  Y degustada.  Y saboreada.  Y releída.  Y sonreída.  Y volcada.

En ella encontraréis nombres conocidos en las novelas de Marías, otra vez Luisa (no la misma, pero sí el nombre, este nombre que a mí me encanta, tan especial para mí, querida abuela), otra vez Ruibérriz de Torres, de Mañana en la batalla piensa en mí que tanto le gustó recientemente a Ana Rosell, nombres que busca en su familia, en sus segundos y terceros y cuartos apellidos para que no le parezcan tan literarios.

Encontraréis una trama, claro.  Desde la primera página.  Y encontraréis, sobre todo,  una manera muy especial de contar. De narrar.  De transmitir no sólo una historia sino también reflexiones estupendas sobre los temas universales, la muerte, el amor, el enamoramiento, la impostura, la impunidad, la amistad, la traición.  Y todo ello con un lenguaje que te atrapa y te emociona y te hace parar y reflexionar por ti mismo, que te conduce y te alienta, que te deja helado y que te sonroja por lo cercano.



No hagáis como yo que cada vez que tengo Los enamoramientos los regalo o los presto o los dejo escapar.  Agarradlos bien. Agarrad esta novela y ya me contaréis.....

viernes, 29 de abril de 2011

Todo es silencio.

Es cierto que este tiempo ha sido un largo silencio.  Necesario.  Tan necesario el silencio, a veces más que las palabras.  No caben las palabras si no hay silencio.  Hueco y silencio y palabras.

Y en este tiempo, Todo es silencio.  La nueva novela de Manuel Rivas.

La comentamos el miércoles pasado en el Club de lectura y ante todo extrajimos de sus páginas la manera tan lírica de contar una historia tan bronca. 
Del contrabando del tabaco y trapicheo menor a las redes del narcotráfico en la costa gallega.  De los naufragios en las playas de naranjas y maniquíes y ataúdes, al naufragio personal de tres niños que se hacen adultos bordeando los límites.  La infelicidad en cada uno de ellos, en Leda donde sus sueños y su independencia están atrapados en su relación de pareja; Brinco que continúa por inercia en los sucios negocios de su padre y Mariscal y el Ultramar; Fins que no ha dejado de amar a Leda y su buen oficio y su cambio de rumbo no le hacen más dichoso.  Nadie lo es si no tiene el amor que le corresponde.  Yo he nacido para ti.  Tú eres mía.  Lo sabías desde siempre.  Y no estás conmigo.

Y los lugares, el mar, la playa donde los pies de Leda apenas se hunden, piensa Fins, el Ultramar, la ciudad, los acantilados, las barcas, las casas pobres de los pescadores, la villa rica de Brinco hecho un acaudalado pobre hombre, y cómo no, la Escuela de los Indianos y las conversaciones desde el Ártico, desde Florida y desde Chile... qué sonrisa, todavía.

Y todo ello con unas imágenes bellísimas, con una prosa absolutamente poética, con lo dicho y lo entredicho, con lo latente, con lo imaginado, con lo soñado, con lo visual y no leído.

Decir que os recomiendo esta novela es ya una redundancia.  La madurez literaria de este autor asoma y se trasluce en estas apenas trescientas páginas y logra emocionarte y conmoverte en cada una de ellas.

"La boca no es para hablar, es para callar".  Así comienza esta novela.
A mí me gusta pensar que también es para sonreír, para decir cosas bonitas, para saludar, para conversar y para besar.

miércoles, 6 de abril de 2011

En clave de fa.

En realidad los mejores momentos nunca te los da la literatura.  Los da la vida.  Así como también los peores.  Los límites los encontramos viviendo y leer es eso que hacemos cuando no estamos viviendo en clave de fa.

Y digo en clave de fa porque el domingo compartí una mañana chulísima con mucha gente de mi instituto y también con Junifrén que leyó la entrada dedicada a él en clave humorística e irónica y me pidió en un acto disruptivo que escribiese algo en clave de fa.  Así que a partir de ahora, los buenos momentos, esos ratos normalmente improvisados que te regala un día y que no necesitan de mucha parafernalia los etiquetaré como momentos en clave de fa.

Mi amigo Luis organizó el domingo como cada año una carrera solidaria por el barrio de El Polígono, con salida y llegada al instituto en beneficio de Save de Children.  La carrera fue también un acto festivo en un domingo cálido y nublado donde hubo migas, tortillas, empanadas, patatas, torrijas....y muy buen rollo.  Mi amiga Elena se fotografíó en el podio (¡bien Elena!) y mi hija Violeta la saludaba orgullosísima de su victoria como si hubiese sido ella la que hubiese conseguido el mérito.  Este es un momento en clave de fa, con mis alumnos de bachillerato chantajeando a Paula para que me convenciera de que les pusiera a todos un nueve y ellos le regalaban una consola....  ¿Os imagináis el desperdicio de mañana si hubiese estado leyendo mi novela? 

Hay momentos en clave de fa que no suponen una caña con amigos (aunque siempre son los mejores) sino una peli como Poetry (os la recomiendo encarecidamente) o Tierras de penumbra que por fin vi el otro día en el que supe que por fin había llegado el momento.  Fue un regalo de cumpleaños, y teniendo en cuenta que es en agosto, este momento ha tardado en llegar, pero ya sabéis, hay que saber esperar. Gracias Julián, me encantó.  Y lloré como una niña pequeña, como se llora cuando no tienes testigos.

Un momento en clave de fa mayor lo tuve ayer en una tarde muy especial.  Por fin pude asistir a una charla que dio Almudena Grandes en la Biblioteca del Alcázar.  Tenía muchas ganas de que este momento llegara y no sólo llegó sino que como supimos esperar lo hizo en una tarde genial en la que disfruté verdaderamente de la autora y de los amigos.
Presentaba Inés y la alegría, libro que leímos en el comienzo de curso de nuestro Club de lectura.  A todos los que asistimos a este club nos encantó el libro, por unas razones u otras.  A mí me encandiló.  Lo leí casi de tirón y la historia me iba envolviendo cada vez más.  No me gusta contar de qué tratan los libros, si no lo habéis leído es mejor saber poco, aunque a estas alturas será ya un poco imposible.  Y si lo habéis leído ¿qué me decís?  A mí me hizo soñar con la posibilidad de ser valiente y me hizo cocinar rosquillas. 

Portada de Inés y la alegría

No hay nada comparable a la vida pero cuando estás leyendo y estás atrapado en esa lectura, no hay tampoco nada que lo iguale.  Deja que tu vida suene en clave de fa y para el resto de los momentos en los que decides que necesitas silencio, llénalo con una buena lectura.  Inés, por ejemplo, te encantará.

lunes, 4 de abril de 2011

1911 - 2011. Gabriel Celaya.

El 18 de marzo de 1911 nacía Gabriel Celaya.  Eso significa que conmemoramos el centenario de uno de los mejores poetas que han dado las letras españolas.

Hace unos días un amigo me recordaba la fecha del nacimiento de este poeta.  Y este fin de semana, Manuel Rico en el suplemento Babelia de El País, escribía un artículo haciendo referencia a los cien años de la persona que hoy nos ocupa y que titulaba "Gabriel Celaya, la poesía social y Facebook".  Respecto a esto último supe que al poco de ser creada una página de Gabriel Celaya en Facebook superó con creces el millar de seguidores.  Increíble.

Tras la Guerra Civil un grupo de poetas a los que Dámaso Alonso agrupó en un movimiento al que él mismo denominó "poesía desarraigada" del que decía: "el mundo nos es un caos y una angustia, y la poesía una frenética búsqueda de ordenación y de ancla", producía una poesía arrebatada, de agrio tono trágico, una poesía desazonada que se enfrenta a un mundo deshecho y caótico, invadido por el sufrimiento y por la angustia.  Y en esta línea nos encontraremos los primeros libros de Gabriel Celaya.

Pero hacia 1955 aparecen dos libros fundamentales, Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos iberos de Gabriel Celaya, inaugurando así la llamada "poesía social", situando los problemas humanos en un marco social.

Su deseo es que la poesía transforme el mundo.  Y en este sentido crean una poesía como acto de solidaridad con los que sufren, en un tono coloquial, dirigido "a la mayoría", con la voluntad clara de llegar al pueblo, poniendo de relieve los problemas de este país en un lenguaje llano, en la lengua de todos los días, con un acierto impagable y del que beberán poetas posteriores hasta la actualidad.

Claro que si hoy la poesía es minoritaria, ¿qué pensar de una época en la que apenas se podía comprar una barra de pan y una sardina de cubo?  Independientemente de que en esa época la tirada de un libro de poesía rara vez alcanzara los mil ejemplares, ¿estaba este pueblo en condiciones de comprar, incluso más, de leer poesía?  Pienso en mi familia, en mis abuelos y en sus padres, en lo que me han contado, en lo que vivieron.  Realmente no eran relatos de poesía.

Pero hay que tener paciencia, ya nos lo decía Machado: "todo el que aguarda sabe que la victoria es suya".  Su altavoz han sido algunos cantantes como Paco Ibáñez, Labordeta, Serrat, Raimon... que nos trajeron sus letras atemporales para picarnos en lo más profundo de la curiosidad en un momento de la vida en que lo sublime era siempre lo deseado.  Y al nombrar a estos cantantes mi recuerdo viaja a Luisa, siempre me recuerda a los cantautores, nunca olvidaré el relato de su 20-N cuando era universitaria y la noche joven acabó en unas migas en un piso madrileño, ese día de la no visita de Almudena Grandes que sirvió para que escucháramos a alguien mucho más importante, qué duda cabe, querida Luisa.  Me encanta tu nombre, es el de la persona que yo más he querido en el mundo.
Y su altavoz somos también los profesores de literatura que leemos sus versos en clase para que el mensaje que tan elocuentemente escribió nuestro poeta siga vivo y la memoria clara.

Volviendo a Gabriel Celaya, pido disculpas por esta clase de literatura.  Muchas frases están sacadas de mis apuntes de bachillerato o de un libro de texto.  No encontraba otras mejores. 

El interés final es el que señalaba al principio.  Conmemorar el centenario de alguien que no puede ser olvidado, un poeta grande y una persona enorme.  Es verdad que escribió poemas como "La poesía es un arma cargada de futuro" y que fue uno de los más destacados poetas sociales, pero.... ¿qué me decís de este poema?

Apasionadamente.

¡Y tanto, y tanto te amo
que mis palabras mueren
en un rumor de besos sin descanso!

¡Y tanto todavía que mis manos
no te hallan al tocarte!

¡Tanto y tan sin descanso,
que fluyo, y fluyo, y fluyo,
y es solamente llanto!.


No solo de Facebook vive el hombre.  Este es mi pequeño, y no último,  homenaje a uno de mis poetas favoritos, a uno de los poetas más importantes que no podemos olvidar a pesar de que parece que su centenario no está siendo muy reconocido.  Este es nuestro granito de arena. 

Si tenéis que regalar un libro en este mes de los libros, esta es una sugerencia muy apetecible.  Hacedlo junto con una buena botella de vino y leed(le)  los poemas en alto.  Os embriagarán ambas cosas.  Y quizás sea un momento genial.

martes, 29 de marzo de 2011

Juglares y presagios.

Ayer tuve una tarde juglaresca.  A las cinco había quedado en mi centro con el juglar Crispín D'Olot y, como cada vez que eso ocurre, fue una tarde especial.

Para quien no lo conozcáis os diré que Crispín es un juglar que recorre los pueblos y las ciudades de España acercando la poesía desde la Edad Media hasta la actualidad en sesiones llenas de humor, magia, luz y entrega.  Solo tenéis que poner en un buscador de Internet su nombre y podréis conocerlo a él y también una muestra de su espectáculo.

Desde las cinco llegaron, otra vez, a mis oídos sonidos de laúdes, flautas, cencerritos y otros instumentos de antaño una vez que descargamos su coche.  A mí me encanta que suene un ratito en un miniensayo porque él no lo sabe, pero toca solo para mí. 
La función con los alumnos ha sido hoy y por primera vez me la he perdido, tenía clase y no me ha cuadrado poder ir.  Pero los muchachos han salido, como siempre, alucinados, risueños, atrapados en la poesía y en la música, y lo mejor de todo es que ellos no son absolutamente conscientes de lo mucho que han aprendido.  Más que en unas cuantas clases de rollo de literatura. 

Además de oírlo, como ya somos un poco amigos, Crispín y yo charlamos.  Cada año me preocupa dónde va a pasar la noche, para venir al día siguiente puntualmente a desayunar conmigo.  Y a mi pregunta contestó que esta vez dormiría en Getafe porque quería visitar a un amigo.

Bien.  Hasta aquí parece una tarde con un amigo al que veo una vez al año.  Pero además de a Crispín, yo llevaba todo el día a Getafe en la cabeza.  Presagios.  Casualidades.  Muecas.

Por la mañana (o el día anterior, no recuerdo), había sabido que uno de los poetas que más admiro y leo, Luis García Montero, realizaba un recital de la poesía de su último libro en una sala de Getafe llamada "José Hierro" y así se lo hice saber a Crispín.  Y yo quería ir.  Quería ir a toda costa.  No quería perdérmelo.  Pero me lo perdí.  Porque soy una cobardica y me dio palo volverme yo sola, por la noche, desde Getafe a Toledo, acababa a las diez como pronto y yo soy una pava.  Dios, la de comentarios que voy a tener que soportar a partir de mañana!!  Pero veréis que me sentí peor porque lo tenía a huevo.  Me iba con mi amigo y juglar Crispín D'Olot hasta Getafe, veíamos a Luis García Montero juntos y me volvía.  No fui.

Pero.  Mi juglar me dijo que él sí iría.  Y cuando nos despedimos, me dio muuuuucha envidia porque sabía su destino y lo que le supondría oír la lectura de Un invierno propio, que es así como se titula el último libro de poemas de este autor.  Eso sí, quedamos hoy temprano para desayunar y para que me contara TODO.  Y así ha sido.  La lectura, especial, claro.  Me ha comentado que la gente luego le preguntaba cosas más sociales y que para romper un poco el hielo él le hizo la pregunta menos remota: "¿qué tres poetas te llevarías a una isla desierta?"  La respuesta fue, Cernuda, Gil de Biedma y Alberti.  Ý yo estuve un poquito ahí porque me ha dicho el juglar que Gil de Biedma le recordó a mí y a nuestra conversación.  Y el café de por la mañana ha estado más rico que ningún día.

Crispín, que sé que me lees, gracias.  Eres una persona excepcional.  Me ha encantado verte otra vez, me gusta tenerte por la Red y me gustan los comentarios que haces o los correos o poesías que me mandas.  Aún tengo que buscar la peli que recomiendas en la entrada que dedicamos al "numero pi" pero lo haré y la veré.  Suerte con tus espectáculos, nos vemos enseguida.

No me despido con un poema de Un invierno propio, porque quiero dedicarle una entrada para él solo.

 Voy a hacerlo con un poema precioso de Paul Verlaine, que me recuerda a Cernuda, mi querido y mi poeta, Luis Cernuda.  Porque yo creo en los presagios.  Y porque mañana es el cumpleaños de Verlaine.

Tú crees en el ron del café, en los presagios,
y crees en el juego;
yo no creo más que en tus ojos azulados.
Tú crees en los cuentos de hadas, en los días
nefastos y en los sueños;
yo creo solamente en tus bellas mentiras.
Tú crees en un vago y quimérico Dios,
o en un santo especial,
y, para curar males, en alguna oración.
Mas yo creo en las horas azules y rosadas
que tú a mí me procuras
y en voluptuosidades de hermosas noches blancas.

Y tan profunda es mi fe
y tanto eres para mí,
que en todo lo que yo creo
solo vivo para ti.

Paul Verlaine.

domingo, 27 de marzo de 2011

"Y qué coño se hace en un puticlub de lectura?"

Esto de tener un blog tiene su riesgo.  El que yo sufro es estar expuesta, que no es poco.  Y en esa exposición, que se metan conmigo, así como suena. :)

La semana pasada fue dura, los comentarios de los amigos en alguna conversación, de "ah, claro, es que esto no es poesía", "ah, bueno, claro como no lo cuelgo en un blog de literatura...", y sucedáneos, se sucedieron hasta que me inflaron las narices, con tanta sorna como los comentarios que iban dirigidos hacia mí.  "Bueno tíos, seguro que tenéis otro tema de conversación, no?", e incluso, "vale, dejadme en paz".  Los que de verdad me conocéis, acompañaréis estas intervenciones con unos cuantos tacos....  Todo, sin acritud, eso sí.  Somos amigos sin cursiva.

Pero hoy, y sin poder revelar el nombre puesto que lo he prometido, mi amigo "Junifrén" me ha preguntado: "y qué coño se hace en un puticlub de lectura??"  Y yo, sin que se me mueva un pelo, como al Pampa Rosendo, le he contestado como si en la pregunta hubiese verdadero interés.  El apodo es suyo.  Y la explicación demasiado larga.  La pregunta a bocajarro, sin tema literario previo.

Lo mejor: Junifrén es un buen amigo, al menos yo lo aprecio mucho, y siento que él a mí también.  Aún mejor, su familia es mi familia en esta ciudad de adopción.  Y aún mucho mejor, a todos nos pirra la cerveza.  Lo peor, le encanta contarme chistes para cronometrar, sin excepción, cuántos minutos pasan hasta que los pillo.  Será que es yeísta hasta casi ser bonaerense o porteño, aunque él no lo sepa. O ya sí.

Lo que hacemos en un club de lectura es charlar.  Básicamente.  Charlar sobre una novela que hemos leído durante un mes.  Llevar ahí la historia que un autor nos ha contado y hacerla nuestra, hacerla grande, reír, reflexionar, pensar, sentir, discutir, asentir, confiar, comprender, conocer, seguir, recular, sumar, beber, imaginar, escuchar, callar, hablar, sonreír, abrir, mirar, rozar, oler, recordar, soñar, empatizar, desenterrar, aprender, corregir, mirar, invitar, recordar, desear, querer.

Decidle vosotros a Junifrén mejor que yo, qué coño hacemos en el puticlub de lectura.  A ver si se anima y se viene, sería estupendo.  Su punto de vista nos enriquecería, seguro.

Por si se anima, él o quien quiera, tanto presencial como virtualmente ya sabéis, para después de Semana Santa nos toca  Todo es silencio, de Manuel Rivas:



........Y también invitar, reposar, confesar, dejar, prestar, recibir, asentir, diferir, agarrar, lamentar, disuadir, convidar, relamer, sonrojar, inferir, soltar, voltear, bailar, musiquear, tararear, citar, copiar, crear, tensar, proponer, excusar, dirigir, liberar, exhortar, exorcizar, abrazar, cañear, estar.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Tan "dentro" de la vida.

Vengo del Club de lectura y me siento a escribir con la esperanza de que no se me quite de la piel la emoción tan intensa que me acompaña desde que he salido por la puerta del instituto.  De hecho, aquí estoy, toda de negro todavía, sin quitarme ni las botas a pesar de que tengo la sensación de tener los pies helados, creo que se me han mojado los calcetines con la lluvia.  Qué tendrán las tardes de lluvia que las hacen tan especiales??!!

No quiero que se me olvide temprano. Es como cuando me despierto y he tenido un sueño bonito, un sueño que me ha atrapado y no quiero que se evapore, quiero vivir dentro de él, un rato más por favor, un poco más, incluso en la ducha, incluso en el coche, incluso en el pasillo de camino al aula...  Ahora no quiero perder un ápice de la emoción tan intensa que ha sido compartir estas ¡casi tres horas! en una reunión tan chulísima.

Tan cerca de la vidaSantiago Roncagliolo.  El libro diréis que no es nada del otro mundo.  Bueno.  La historia se lee fenomenal y te va atrapando.  Fundamentalmente porque bajo mi punto de vista está muy bien escrito.  Este peruanito te engancha con un argumento muy bien contado, con momentos inolvidables, como el del baile, con esos cambios de persona que hace el narrador tan acertados en esta novela, con esas frases que le vienen a la cabeza a nuestro Max, mi pobre Max.

Yo hice una lectura distinta a la que me propone el desenlace del libro y por eso me enfadó ese final rápido con el que se despide.  Para mí no era necesaria ninguna historia porque me atraparon estos dos personajes olvidados, estos dos desheredados, dos perdedores al fin y al cabo que se encuentran en la otra punta del mundo, en Tokio, con dos historias que arrastran como dos maletas tan pesadas.
Pero a Eva y a Yolanda les gustó el final y ese final y que tuviera final y que tuviera ese final.  Y esto es lo genial de un club de lectura.  Que la novela se hace enorme.  Y tienes otra lectura.  Y ves la esperanza que transmite Eva y el optimismo que nos brinda Yolanda.  Y ya no estoy tan enfadada con el final.  Aunque me quedo con mi lectura.  Algo tienen los perdedores que me atraen como un imán. 

Después nos hemos despedido con poesía.  ¿Hay algo más bonito?  Hemos leído y comentado cada poema que hemos llevado esta tarde y las reflexiones han sido tan honestas, tan personales, tan confesionales, que de ahí que venga hoy con esta sensación tan especial.  Y lo mejor es que sólo puedo dar las gracias.  Me siento tan agradecida de pertenecer a un grupo tan amable, tan que se deja amar y ama...  Se abren puertas en estas charlas que son tan bonitas porque se elimina de entrada cualquier pudor.

Y si pensáis que esto es el final, no lo es.  Julián me había grabado un disco para mi coche con alternador nuevo o reparado (supongo que nuevo, más que nada por el sablazo), que me había cautivado un día que viajé en su coche con alternador viejo.  Uno de esos viajes a Ítaca.  Y hoy, de vuelta a casa, con las sensaciones a flor de piel sonaba esto:

http://www.youtube.com/watch?v=Lv4D5glbdx0

¿No es un final precioso?



lunes, 21 de marzo de 2011

21 de marzo. Día Internacional de la Poesía.

He llegado a casa muy tarde, casi las diez.  Evaluaciones. 

No tenía ninguna esperanza de que en ninguno de los canales de televisión donde suelo ver las noticias hablaran de hoy, Día de la Poesía.

Pero me he sentado. Y he esperado.  Ya he llegado a "los Deportes".  Zubizarreta visitando al jugador enfermo de mi equipo, Abidal,  le llevaba un DVD con palabras de aliento de sus compañeros.  ¡Qué poder el de las palabras! 
También me he enterado de que ha caído Rafa, ese servio o croata, como dice mi hermano, es realmente bueno. 

Y de pronto, cuando ya apenas hacía caso, cuando me he puesto un vino blanco frío friísimo para celebrar por fin el Día Internacional de la Poesía, tan largo, tan bonito, de pronto digo, la noticia.  Una lectura continuada de poesía en la Biblioteca Nacional, BN, y una canción preciosa de un poema de Miguel Hernández, MH.

Y cuando apenas esperaba nada más, una imagen de refilón, apenas un segundo, Ángel González.  De todos los poetas del mundo han elegido su imagen.  De todos los poetas que son míos lo elijo hoy a él. 

NADA ES LO MISMO.

La lágrima fue dicha.

Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.

¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?

No es bueno repertir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
nada es lo mismo.

Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

Ángel González.  Grado elemental.

Fijaos, qué tontería.  Estoy muy contenta porque Ángel González me ha elegido hoy a mí. Más que yo a él. 

Si yo fuese Dios haría un ser exacto a ti, don Ángel,  de eso estoy segura....  Y si pudiera elegir una cita a ciegas y una cena y unas copas, sería contigo. 

Un brindis por Ángel González, por la Poesía y por vosotros.  Muuuuaaaakkkk!!!!!

domingo, 20 de marzo de 2011

Alternar, alternador y ninguna sombra.

Este ha sido un fin de semana adecuado para alternar.  Ha lucido el sol de manera casi abrumadora, las calles se han llenado de personas en busca de terracitas para cañear y alternar.  Los niños han inundado los parques y, en fin, la calle ha sido el espacio adecuado para tres días de luz, calorcito y manga corta.  Un marco muy apropiado para recibir a la primavera.

Ya que estamos alternando os diré que el alternador de mi coche, que no sé lo que es ni quiero saberlo, se estropeó el miércoles y la factura me ha supuesto una suma nada desdeñable de ochocientos euros.  Ya están pagados, así que ahora, con alternador nuevo o reparado (no sé), mi coche me aguarda en su plaza para comenzar mañana mismo una nueva estación.

Y en primavera, lo que hacemos, es precisamente alternar. Salir del ensimismamiento y de la conchita en la que nos hemos refugiado en las cortas tardes de invierno.  Aplazar la lectura y traicionarla por una buena conversación al calor de una terraza, yo prefiero que me dé el sol, gracias.  Cambiar la lana por el algodón y disfrutar la tarde larga y soleada y agradable conversando una cerveza

Hoy os traigo un libro que me regaló mi amigo José Bretaño por mi cumpleaños.  Porque de ahí saqué la expresión, "conversar un vinito", "conversar una cervecita".... Y porque alternar y conversar una cañita son momentos tan grandes como los que te proporciona leer  La sombra de lo que fuimos, de Luis Sepúlveda, Premio Primavera de Novela 2009.

La novela transcurre en Santiago de Chile y sin contar nada de ella me ciño a lo que reza su contraportada: "es un virtuoso ejercicio literario puesto al servicio de una emotiva historia crepuscular y una reivindicación de los perdedores.  Una novela escrita con el corazón y con el estómago, que no deja de conmover al lector, arrancar su sonrisa y, a la postre, hacerle reflexionar".

Yo os diré que son apenas 175 páginas preciosas que, efectivamente, me conmovieron y que estoy encantada de compartir hoy aquí.  La primavera, trae estos premios.  Gracias Bretaño!

la-sombra-de-lo-que-fuimos

miércoles, 16 de marzo de 2011

Infierno's

Sobre la falda tenía 
el libro abierto, 
en mi mejilla tocaban 
sus rizos negros, 
no veíamos las letras 
ninguno, creo, 
mas guardábamos ambos 
hondo silencio. 
¿Cuánto duró? Ni aun entonces 
pude saberlo. 
Sólo sé que no se oía 
más que el aliento 
que apresurado escapaba 
del labio seco. 
Sólo sé que nos volvimos 
los dos a un tiempo, 
y nuestros ojos se hallaron 
y sonó un beso. 
……………………. 
…………………….. 
Creación de Dante era el libro, 
era su Infierno. 
Cuando a él bajamos los ojos, 
yo dije trémulo: 
¿Comprendes ya que un poema 
cabe en un verso? 
Y ella respondió encendida: 
-¡Ya lo comprendo!

Gustavo Adolfo Bécquer.

Hoy, con este poema sobran mis palabras.  No las vuestras.

Un beso a mi Cristina y mucha suerte con su nuevo bar, Infierno's.  Voy enseguida, I promise.  Te llevaré a Dante, brindaré en el Infierno y me dejaré llevar "donde habita el olvido".


Hoy os traigo a Bécquer, no lo olvidéis, está siempre en todo lo que leemos.  A mí me ha traído este regalo Marga, en el momento preciso.
Los amigos y Bécquer nunca fallan.




martes, 15 de marzo de 2011

Guárdate de los idus de marzo

Hoy es 15 de marzo.  En el calendario romano los idus de marzo caían el 15 del mes de Martius.
Los idus eran días de buenos augurios que tenían lugar los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre y los días 13 del resto de los meses.
La fecha es famosa porque Julio César fue asesinado en los idus de marzo del año 44 a.C.  (Wilipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Idus_de_marzo)

Esta mañana, mientras preparaba mis cosas para subir a clase, estaban a mi lado tres profesores del Departamento de Ciencias Sociales, Mar, Marga y Mariano.  (Ahora que lo escribo veo que todo es Mar-, en ese Departamento...)  Y, muy propiamente, han recordado que hoy eran "los idus de marzo" lo que me ha traído a la memoria una novela que tengo que recomendar a quien no la haya leído y que nosotros leímos en minoría este curso en el Club de lectura:

La saga/fuga de JB,  de Gonzalo Torrente Ballester.  Si no recurdo mal una parte se titulaba precisamente "Guárdate de los idus de marzo".  Y yo ya había mirado en su día esto de los idus de marzo, creo que hasta lo comentamos en el Club.

Es una novela difícil, quizás, pero yo creo que merece la pena leerla.  Por muchos motivos.  En primer lugar porque es divertida.  Yo me reí mucho, sobre todo en la primera parte.  Don Torcuato se convirtió en un compañero inseparable en noches extrañas.  Y me hacía reír.  En segundo lugar, porque es muy ambiciosa y si la tomas como un juego considerando el enorme esfuerzo del autor, la disfrutas muchísimo.  Y también porque es muy interesante, distinta, elaborada, con momentos memorables como el del sacerdote tocando el violín justo cuando lo iban a asesinar, porque te llega su transfondo de crítica a casi todo.  Por muchas razones que no quiero desentrañar porque al final resultarían, como todo, muy personales, y porque si vais a leerla es mejor no saber nada de ella.

En realidad, siempre es mejor no hablar de ninguna novela cuando sabes que no se ha leído.  Al menos, eso creo.  No hay nada peor que comenzar algo nuevo con expectativas.  Por eso, en un club de lectura, el miedo desaparece. Me cuesta mucho hablar de libros, aunque os parezca que es un poco paradójico. Es verdad, me cuesta mucho hablar de libros.

Jorge, que los idus te acompañen!! Siempre que hablo o recuerdo esta novela me acuerdo inmediatamente de ti.  A Jorge le encantan estas páginas y además, gracias a ella, se incorporó al selecto Club de lectura "Juanelo Turriano".  Un gran fichaje.  Seguro que tú podrías recomendar esta novela mucho mejor que yo.

Espero que los buenos augurios os hayan acompañado en este día especial de los idus de marzo. Y que lo sigan haciendo.  Siempre.  Cada día.

lunes, 14 de marzo de 2011

3,14159265358979323846...

Hoy me ha escrito un correo mi ingeniera y amiga Elena retándome a escribir su propio blog, en un día, hoy, en el que en el mundo anglosajón parece ser que es 3,14 y no 14 del 3, es decir, el día del número "pi".

Algo de eso debe haber, yo odio el número 14, y hoy se ha parecido más a un 3 que a un innombrable catorce.

Titulaba su correo "Un poquito de matemáticas" y en el enlace que me manda:

http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_de_%CF%80   

encontraréis toda la información sobre este día, efectivamente, tan matemático.  En el blog que parece que va a inaugurar para,  textualmente,  "contraatacar a Sonia y sus efémerides poéticas con otras más mundanas" podremos encontrar también cosas como estas,

http://www.pianomundo.com.ar/rockpop/pi-piano/ 

donde los mil primeros números digitales de "pi" pueden representarse en un piano.  Julián, seguro que esto te interesa.  Vaya colgados, de todas maneras, ¿no?

Pero...
No estamos en el mundo anglosajón, o no todavía, o no del todo.  Y hoy también celebramos que nació Théodore de Banville, un poeta francés precursor del Parnasianismo, y al que le debemos alguna edición de Las flores del mal, de Charles Baudelaire.

A Theodore de Banville

De la Diosa empuñasteis la espesa cabellera,
Con vigor tal, que todos os hubieran tomado,
Al ver ese aire altivo y ese hermoso abandono
Por un joven rufián que golpease a su amante.

La mirada incendiada por un fuego precoz,
Vuestro orgullo de artífice sin pudor exhibisteis,
En esas construcciones, cuya audacia correcta,
Anticipa los frutos de vuestra madurez.

Poeta, nuestra sangre por cada poro escapa.
¿Tal vez por un azar, la veste del Centauro,
Que cada vena en fúnebre arroyo transformó,

Fue tres veces teñida en las sutiles lavas,
De aquellos monstruosos reptiles vengativos,
Que Hércules en su cuna un día estrangulara?

Charles Baudelaire.

Vosotros haced lo que queráis pero seguro que si preferís seguir el inminente blog matemático-tencológico de Elena, tendréis que escuchar a Los Planetas.  Vosotros mismos.

Yo prefiero irme a la noche, a su recogimiento y a París.

Recogimiento

Cálmate, dolor mío, y tu angustia serena.
Anhelabas la noche. Ya desciende. Aquí está.
Una atmósfera oscura cubre a París. Traerá
a unos cuantos la paz, a otros muchos la pena.

Mientras la muchedumbre que se rinde al placer,
­su verdugo inclemente­ por las calles anhela
cazar remordimientos bajo la fiesta en vela,
Tú, dolor, ven a mí. Dame la mano al ver

que es posible escaparse de los ya muertos años
con sus antiguos trajes en el balcón celeste.
Ya brotan, como salen del mar, los desengaños,

cuando el sol, bajo un arco, se muere en lontananza.
Ahora, tal un sudario que desciende del este.
Observa, mi dolor: la inmensa noche avanza.

Charles Baudelaire.

Tan cerca de... Japón.

Japón está devastado.

Todos sabemos a estas alturas que los muertos y los desaparecidos se cuentan y se contarán por decenas de miles. Que ha sido una tragedia que aumenta a medida que van pasando las horas y los días.
Este fin de semana la televisión y la prensa se ha encargado de poner ante nuestros ojos las imágenes más duras de lo que significa la desolación.

Nosotros estamos leyendo Tan cerca de la vida.  La novela magnífica de Santiago Roncagliolo ambientada en Tokio.  Digo magnífica porque a mí me está encantando.  Desde las primeras páginas sentí que era una novela dura, y me he entregado a ella sin fisuras. 
Rescaté mi única visión de Tokio ya que desde el principio sentía que el autor tenía que haber visto Lost in Translation, una de mis películas favoritas y no podía dejar de pensar en ella a medida que se sucedían los capítulos. La peli es de Sofia Coppola, y es mi película.
Así que paré de leer y me volví a sentar enfrente de la pantalla del televisor a ver esa peli.  Sí, rescaté mi única visión de Tokio, comprendí por qué la novela me llevaba a mis recuerdos de esa película, sentí por qué Tokio me quedaba tan lejos.  Y de pronto, esta ciudad, este país, esta cultura, ha sido lo único que me ha rodeado por dentro en los últimos días.

Además hoy me siento tarde porque acabo de ver otra peli que en algún momento de este fin de semana me trajo el periódico.  Ahora no recuerdo cuándo ni dónde, pero me llamó la atención la buena crítica y el título: Poetry.  Es una película  coreana y la he visto en versión original, subtitulada en español.  Ha sido un viaje bastante duro, la verdad.  Pero ha sido realmente preciosa.  Ganó en el festival de Cannes el premio al mejor guión (o guion) y a mí, personalmente, me ha parecido increíble. Poesía.
Mirad aquí:   http://spanish.korea.net/detail.do?guid=46951

Japón, Corea, un idioma indescifrable, reverencias, un pueblo difícil de entender, un océano muy lejano, una cultura diferente, personas extremadamente distintas y los mismos sentimientos. 

De Japón espero que  permanezca su valentía, su tesón para sacar adelante con la fortaleza que los caracteriza, ese país hoy destrozado.  Porque además un día conocí a una persona a la que enseñé español.  Era japonés, vive ahora en Tokio, su nombre es Kimitake y él también me acerca hoy a Japón.

Y aunque sea un poco tarde, voy a leer un poquito más Tan cerca de la vida, me voy a Tokio un poquito más.  Desde allí ven las mismas estrellas que nosotros en esta noche tan extraña.

jueves, 10 de marzo de 2011

No somos partidarios de los cristales rotos.

Hoy, jueves diez de marzo, he envíado una tareíta a todas las personas cercanas a mi instituto.  Hasta el próximo día veintiuno de marzo, Día Internacional de la Poesía y cumpleaños de mi bisabuela Pilar, una mujer excepcional, vamos a vestir nuestro lugar de trabajo, lectura y reuniones de poesía.  Y debemos llevar un poema, para decorar nuestros pasillos y para regalarnos poesía.

Elegir un poema es una tarea bien difícil.  Como todo, en realidad.  No vale traer dos o tres, debe ser uno porque siempre estamos eligiendo y dejando al lado posibilidades que quizás fuesen más acertadas. O no. Y la poesía, eso que no sirve para casi nada, apenas para cortarle la cabeza a un rey, se parece mucho a la vida. O no.

Por no hablar de elegir a un escritor de poesía.  Cierro los ojos y pienso, qué decidiré cuando sea capaz de encomendarme a mí misma la labor que tan alegremente he puesto en la cabeza de los demás...  Porque sí, la verdad es que sólo puede ser uno.  Y por lo tanto, un único poeta.

He recibido un montón de e-mails con otros tantos poemas.  Con cada uno de ellos, un pensamiento para quien me los envía y una sonrisa para comentarios como el de Luis Torrecilla, "por tu culpa llevo dos horas leyendo poesía.... me encanta".  Gracias Luis, por mi sonrisa y por tu poema, es precioso, pero eso ya te lo he dicho. Sabes una cosa, me ha estremecido. ¿Lo compartimos?

Abrojos.

Lloraba en mis brazos vestida de negro,
se oía el latido de su corazón,
cubríanle el cuello los rizos castaños
y toda temblaba de miedo y de amor.
¿Quién tuvo la culpa? La noche callada.
Ya iba a despedirme. Cuando dije "¡Adiós!",
Ella, sollozando, se abrazó a mi pecho
bajo aquel ramaje del almendro en flor.
Velaron las nubes la pida luna...
Después, tristemente lloramos los dos.


Rubén Darío.

 Espero que como mi compañero me enviéis un poema, vosotros que me leéis.  En vuestros comentarios o en mi bandeja de entrada,  espero encontrar ese poema que en ese momento se convierte, por alguna razón, en el poema favorito.

De momento voy a recomendar hoy a uno de mis poetas favoritos.  Publicó a finales de febrero Un invierno propio y lo presentó el jueves pasado en la Residencia de Estudiantes de Madrid.  Hoy la cita era en Granada, con su gente, aunque me pillaba un poco lejos... Pero me hubiese encantado ir a ver a Luis García Montero, porque él es el poeta del que hoy hablo, porque él es, y sobre todo ha sido, mi poeta.

En cada lealtad hay un rumor de transparencia.

Yo he querido un respeto de cristal.
Que la lluvia viniese sobre mí
con sus alas de tarde,
que la noche difícil se moviera
como un vaso de agua en nuestra mano,
que las enamoradas
buscasen un espejo donde sentir los labios,
y que la historia
con su tacón injusto
no pisara mi vida,
porque la lluvia y yo
y las enamoradas y el espejo
no somos partidarios de los cristales rotos.


Luis García Montero.  Un invierno propio.  Visor. 2011.

http://www.luisgarciamontero.com/