viernes, 24 de febrero de 2012

Ay! El día de mañana....

Ya tengo un par de cuentas de correo, mi Facebook que me acerca a mis lejanos amigos, tengo WhatsApp y "tarifa de datos" en mi móvil, leo el correo mientras Violeta juega con su cubo y pala en el parque, un iPad que es una maravilla de la tecnología (me encanta) y justo, lo  que más me llama la atención esta semana es un triste marcapáginas de cartón.  Del de toda la vida.

Mis padres vinieron a vernos y a cuidar de mi florecilla que estaba malita...  Y justo en esa semana yo había empezado una novela que me regaló otra flor que llena de un perfume intenso mi vida: Margarita.  La novela: El día de mañana.  Ignacio Martínez de Pisón.  Seix Barral.
Mi marcapáginas estaba situado en la novela recién estrenada, digamos la página 46 y el libro, como siempre, en algún lugar del salón.

A la vuelta del trabajo, otro marcapáginas enriquecía la novela, un poco más alejado del mío, digamos en la página 58....  Mi padre, en la larga mañana había agarrado mi novela, fiándose de mi elección, y la había comenzado.  Y por lo visto, ya me había superado.  "¿Qué tal, papá?, ¿te gusta?"... "Sí, bueno.  Acabo de empezar".
Al día siguiente yo no había leído nada más, seguía en mi 46 pero al regreso del trabajo su marcapáginas naranja (uno del concurso que hacemos en el Juanelo cada año) estaba por la, digamos, 198...  Y así sucesivamente.  
Mientras mi marcapáginas blanco se aletargó con las visitas (luego vino mi hermano....) y con las salidas y el sol y las cañas y el carnaval, en la página 46, mi padre un buen día terminó en sus muchas horas de mañana y de no sueño, mi-su-nuestra novela....  "Bueno, ¿qué tal papá?" "No está mal".  Realmente mi padre es mucho más exigente que yo. Será verdad eso que dice Yolanda,  yo me entusiasmo enseguida....  :-)))

Una historia contada desde dentro por un personaje en constante degradación personal, en la Barcelona de los años 60 y 70, en un momento histórico y personal muy interesante para mí y desde un punto de vista innovador y múltiple que hace que esta lectura sea distinta, entretenida, rica, amena y a veces incluso fascinante.  

Y además una lectura empática porque cada página que pasaba sabía que la había acabado de pasar mi padre, y quería saber qué había leído, intuir qué había sentido (esos años tan importantes de su juventud), qué habría reconocido y qué negado....  Una lectura doble.  O quizás única, no sé.

Sí sé que la recomiendo.  Y le mando un abrazo a Carme Román.  Y un beso a mi padre.  Y otro a mi madre por cuidar tan bien de mi hijita.  Y otro muy especial a mi hermano que vino a visitarme y a alegrar unos días un poco difíciles.  Y a mi sobrina que es la niña más rica del mundo.  Y a su madre, que no se enfade.  Y a Marga que me regaló esta novela y tantas sonrisas.  Y a todos los que leéis esto y estáis pensando que soy una de esas cansinas que agradecen los premios Goya... (sonrisa) pero con vaqueros y sin maquillar.

En fin, que si quieres te la presto:




miércoles, 1 de febrero de 2012

LA CARA "B" DE LA VIDA

Prestad atención a esta cita: "Ya estamos en la cara B de la vida, tenemos que espabilar.  O yo al menos, porque ha pasado la cara A y no tengo ningún gran éxito."   Es absolutamente genial.

No es mía.  Es de Dani, nuestro nuevo fichaje del insti y nuevo miembro impresente del Club de Lectura.  Lo mejor de su no presencia es su sonrisa cuando le recuerdo cada lunes final de mes que "nos vemos mañana en el Club de Lectura".    Al final lo conseguiré, es lo que tenemos los maños: una insistencia infinita e inquebrantable.

Pero volvamos a la frase.  Quizás no tengamos ningún "Gran Éxito" pero eso me alegra porque definitivamente mantengo mi idea profunda de que "todo lo mejor está por llegar". Y las grandes canciones siempre están en la cara B.  No interesa ese hit que todo el mundo conoce y que todo el mundo canta y luego de la misma manera, perece y se olvida.  Interesa esa canción intensa que quema y se queda.  Y pasado el tiempo se homenajea.  Y quizás versiona. Y permanece como ese amor que, verdadero, perdura.  A pesar de todo.

O como esa novela.  Que se edita y se edita y reedita.  Que alcanza su grandeza en la siguiente lectura, siempre la misma y siempre diferente.  Una novela que una vez leímos, hace ya tanto, quizás en la cara A de la vida.  Y que siempre regalamos.  O prestamos.  O siempre perdemos.  Ese descubrimiento que me llevo a ese autor.  Esa historia.  Ese personaje.  Mi personaje.  Mi novela. Mi poema.  Mi verso.  Mi autor.

Y si no ha llegado, es que felizmente nos está esperando en la cara B.  ¡Qué ilusión!  ¡Qué maravilla es saber que todos los grandes éxitos están por llegar! 

Voy a terminar esta pequeña entrada, que parece más bien una reflexión, con el microrrelato ganador de nuestro compañero Jorge, presencial clubero y amigo de los jueves.  Dani, el autor de la frase que ha generado esta entrada, es fichaje de Tecnología.  Y Jorge escribió una inquinita dedicada a este Departamento:


"Cuando el malogrado agente secreto cortó el cable rojo en vez del azul, se acordó de aquel interino de tecnología despedido tras los recortes."

Jorge Martín.


Entre relatos, versos, canciones y versiones os dejo.  Dani, no me digas que no pasan cosas chulísimas estando en esta cara B.  A mí me lo parece.  Y si no, mira esta sonrisa.

Y esta versión.  Por ejemplo.  Podría poner cualquiera...