jueves, 24 de febrero de 2011

Una subasta en Christie's

Emily Dickinson dijo: "Publication is the Auction / Of the Mind of Man", o lo que es lo mismo "La Publicación es la Subasta / de la Mente del Hombre".

Pienso que cuando escribes, poco o mucho, sacas verdaderamente a subasta algún pensamiento que hasta ese momento era sólo tuyo.  De la misma manera que cuando lees y cierras los ojos y dices, sí, es cierto, y te paras y vuelves atrás, quizás en las páginas para releerlas, quizás en la vida, un momento, un rato, para revisarla.  Y si tienes suerte lo cuentas y lo reinventas y tu mente queda subastada en una gala sin joyas ni ropa de postín.  Y si tienes suerte alguien convertido en el mejor postor disfrutará de su adquisición inesperada.  Y si tienes suerte, de pronto él se convertirá en el subastado, porque su mente te brindará una nueva obra de arte.

A veces he pensado cómo debe quedarse el escritor cuando le pone el punto y final a su novela.  Si en ella ha dejado su pensamiento, su miedo, su ilusión, su fe, su ironía, su actitud, su alma..., quizás sea cierto que se sienta desnudo, con la sensación de que ha subastado hasta la última de su prenda y con la esperanza de que la disfrutemos como la mejor prenda.  Porque ahora es nuestra.

Os dejo con un poema de Emily Dickinson:

A una casa de rosa no te acerques...

A una casa de rosa no te acerques
demasiado, que estragos de una brisa
o el rocío inundándola -una gota-
abatirán su muro, amedrentado.


Y atar no intentes a la mariposa,
ni escalar setos del arrobamiento.
Hallar descanso en lo inseguro
está en el mismo ser de la alegría.

4 comentarios:

  1. No estoy seguro de que actualmente muchos escritores se sientan realmente desnudos. Creo que la literatura está siendo, como tantas otras cosas, tristemente degradada al puro negocio. Y por ello casi siempre los argumentos son los mismos, y los personajes coinciden pero con distintos nombres, y en definitiva salen libros calcados que no tienen nada personal. No voy a decir nombres porque todos los conocemos.

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  2. Eso es una parte Mrcrowley. En las estanterías de las librerías están los otros libros, los de los escritores que no se venden al negocio. Los escritores que no tienen ningún pudor y subastan su alma y nos hablan. Como en la música o en todas las demás cosas. Sólo hay que estar atento. Quizás no estén a la vista. Ni tengan largas colas de público en las Ferias del libro.

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  3. Cambié mi nombre en el perfil pero parece que no ha funcionado.

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  4. Ah, pues sí. Ya no soy mrcrowley nunca más.

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